Sobre el escepticismo político

El Rey, con cuatro expresidentes en el Patronato del Real Instituto Elcano.

¿Alguno de estos aspirantes nos ha detallado qué va a hacer tras el 23 de julio, con qué fechas, con qué ritmo y con qué métodos? ¿No? Pues eso.Artículo de Pedro de Tena

Con Adolfo Suárez, probablemente el gobernante más eficaz y humilde que hayamos conocido, no nos dio tiempo a dudar. Lo que hizo aquel equipo, con sus defectos, es lo mejor que haya vivido España en los dos últimos siglos y, por si fuera poco, tuvo como consecuencia un incremento del bienestar de toda la población. La democracia, falsa o no, que devino mejoró la vida de las generaciones desde 1976 continuando el progreso económico que logró Franco, que de una España en ruinas forjó una potencia europea.

El desencanto vino después. No es algo nuevo en una España que ya vivió una primera etapa de desencanto tras los 100 años de honradez, los 40 de vacaciones que señaló el malvado Ramón Tamames, el ganador de la moción de censura, y los 13 de corrupción socialista abrumadora. Vino Aznar y lo primero fue patear el culo de Alejo Vidal Quadras aclarándonos a todos que primero era el poder y luego los principios. Lo de Zapatero no es que nos desencantara sino que nos asqueó, por su forma de llegar al gobierno, Rubalcaba de por medio y su mala fe, y por su hoja de ruta felona destrozando la soberanía nacional y la vergüenza moral.

Con Rajoy llegó la nada. Con más poder que nadie tuvo jamás en la democracia española, no cambió nada, no reformó nada, no mejoró más que la economía de los de siempre y entregó España, por la cara, que tuvo alternativa, a un insensato que nos ha conducido a un infierno moral mentira tras mentira.

¿Qué puede serse hoy más que un escéptico en materia de política? El servicio público, que no es otra cosa que servicio al público, se ha convertido desde hace décadas en un ejercicio de mala voluntad. Si la buena voluntad era para Kant lo único que podía llamarse bueno en el mundo, la mala es lo único que sabemos es mala de verdad. Mentir, hacer lo contrario de lo que se dijo, servir a intereses privados a cambio de dinero, presente o futuro, situar a los ciudadanos en el último culo de la realidad, no tener ni puta idea de casi nada, no disponer de la grandeza de un proyecto para la convivencia de la nación..

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