Artículo de Pedro de Tena
Todo tiene que ser nuevo tras la llegada al poder de Pedro Sánchez porque todo lo tradicional tiene en sí mismo el pecado original de las derechas, de los conservadores, de los carcas y de los socialdemócratas timoratos del posfranquismo. Tras la pandemia de coronavirus, cuyas mentiras siguen sin ser expiadas con las dimisiones necesarias, se habló de la nueva “normalidad”. Ahora estamos en pleno desarrollo de la nueva “animalidad”, de la nueva “sexualidad” y ya vamos camino acelerado hacia la “nueva constitucionalidad” que es como se llamará al golpe de Estado puro y duro de inspiración trotskista – léase a Curzio Malaparte y su teoría del golpe de Estado -, que está destruyendo la Constitución de 1978. Ya hay que hablar así de claro porque en otro caso no entenderemos nada de lo que estamos viviendo.