Un museo de políticos ladrones

Diseño original del Museo de los Políticos Ladrones, donde podríamos recluir la imagen de centenares de ladrones y sinvergüenzas que han saqueado España.

Artículo de Francisco Rubiales

La iniciativa de abrir un museo de políticos ladrones es didáctica, democrática y saludable

Es probable que el museo de los corruptos no se construya nunca, pero también es probable que los ciudadanos lo demanden siempre y saquen los colores a la sucia casta inepta que nos gobierna

El pavoroso escándalo de los ERE, que muchos sospechan que se malversaron más de 2.000 millones de euros en lugar de los 680 que el tribunal ha logrado constatar de manera fehaciente, lo que le convierte en el robo político mayor la Europa, potencia y hace necesaria la idea de abrir en España un museo de políticos ladrones, para que el pueblo recuerde siempre a los que les han robado.
La idea de ese museo fue lanzada en la república de El Salvador, un país también azotado, como España, por la plaga de los ladrones con poder político, pero hay países como España, donde la densidad de ladrones en la política es tan elevada que tanto esa jauría corrupta como el pueblo saqueado se merecen todo un museo de los horrores, para vergüenza de ellos y para que el pueblo los recuerde como enemigos y saqueadores.

La iniciativa de abrir un museo de políticos ladrones es didáctica, democrática y saludable. Los políticos, conscientes de lo que ese museo significaría para ellos, lo impedirán pero el pueblo que lucha debería incorporarlo a sus objetivos de regeneración e imponerlo con la fuerza de su voluntad.

Voto en Blanco, página que lucha desde 2002 por la regeneración de España y por la instauración de una democracia auténtica, con las leyes y el pueblo como protagonistas, en lugar del sucio protagonismo actual de los partidos y de los políticos profesionales, ha decidido adoptarla y defenderla, aunque sin esperanza de éxito porque en España mandan los ladrones y ellos, con toda lógica, impedirán que ese maravilloso museo, que nos enseñaría a todos a ser más decentes, abra sus puertas.

Ese Museo de políticos podridos en España, que acogería a los canallas, ladrones y salteadores de la política sin discriminación, sean de derechas o de izquierdas, sería una galería con imágenes de sinvergüenzas con poder y con pruebas de sus fechorías y maldades, una especie de galería de los horrores con protagonismo especial del PSOE, del PP y de sus corruptos socios nacionalistas. También sería toda una bofetada didáctica y popular a la casta de los ladrones, a esos que roban bajo el apoyo de leyes inicuas, casi siempre amparados en la legalidad que ellos mismo crean, la los vacíos legales y en la impunidad con la que se mueven por los espacios públicos.

La idea del museo de los políticos ladrones ha tenido gran acogida en varios países, entre ellos Venezuela, el Salvador, Guatemala, México y otros muchos, todos azotados por la corrupción política, por los altos impuestos, por la impunidad de los poderosos y por la postración y falta de influencia de los ciudadanos y la sociedad, víctimas todos de gobiernos poco o nada democráticos.

España, que bajo los mandatos del PSOE y del PP, con la complicidad de comunistas y nacionalistas vascos y catalanes, se ha convertido en uno de los países más corruptos de Europa y de todo Occidente, debería construir el primer museo de los corruptos, iniciando así una lucha contra ladrones, piratas y saqueadores que debería trascender el ámbito de la ley y recibir también una rotunda condena popular, cultural y social.

Los creadores del proyecto recuerdan que la corrupción no es sólo robar y enriquecerse en el ejercicio de la política, sino algo mucho más amplio y profundamente imbricado en los palacios y estructuras del poder. Corrupción es gobernar mal, conducir al país hacia la destrucción, aprovechar los recursos públicos para ganar las elecciones, subir los impuestos de manera innecesaria, practicar el despilfarro, beneficiar a los amigos del poder con puestos y empleos públicos, agrandar el tamaño del Estado hasta hacerlo insostenible, otorgar de manera truculenta y arbitraria subvenciones y concursos públicos, recortar la calidad de los servicios púbicos sin que los políticos renuncien antes a sus privilegios, crear estructuras superfluas, como los cientos de chiringuitos e instituciones inútiles creadas por los partidos en España, etc…

En la versión española del Museo de los políticos ladrones deberían estar no sólo aquellos que están destruyendo la nación con sus alianzas pervertidas con los más miserables y llenos de odio, sino también los que han endeudado España hasta las cejas, los que han permitido a los nacionalistas sembrar el odio y atentar contra la unidad de España, los que han saqueado las cajas de ahorro, los que roban dinero público, los que financian mafiosamente a los partidos, los que benefician a los amigos y compañeros con carné, los que cobran comisiones y un largo etcétera, entre los que deben quedar incluidos las decenas de miles de políticos y ex políticos españoles incapaces de justificar sus abultados patrimonios, casi todos ellos sin castigo judicial.

Es probable que el museo de los corruptos no se construya nunca, pero también es probable que los ciudadanos lo demanden siempre y saquen los colores a la sucia casta inepta que nos gobierna, a la que millones de españoles votan una y otra vez, demostrando que los partidos y los políticos han logrado corromper a buena parte de la sociedad y dinamitar los grandes valores y principios que hacían de la vieja España un país honrado y decente.

 

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